Maguana es un pequeño poblado ubicado en la costa Norte, a poco más de 20 kilómetros de la bella ciudad de Baracoa, primera de las villas fundadas por los conquistadores españoles en Cuba.
En esa localidad, formando parte de la Reserva de la Biósfera Cuchillas del Toa existe, casi virgen, solitaria, una de las playas más bella de Cuba, con sus arenas blancas y sus cálidas y poco profundas aguas azul turquesa donde de seguro, mucho, muchísimo, desde niña se ha bañado la Tatiana Martínez Barrientos, oriunda de este paradisíaco paraje oriental.
Pero no fue de Maguana, ni de sus bellos atardeceres el motivo de la conversación de este reportero con la joven Tatiana, y sí, de su experiencia en el enfrentamiento a la terrible pandemia de la Covid 19, primero en la hermana República Bolivariana de Venezuela, y ahora en su Baracoa natal.
El diálogo, no pudo tener mejor escenario que la finca “La Esperanza” centro turístico perteneciente a la Empresa nacional para la protección de la Flora y Fauna, convertido por estos días en el hogar de descanso del personal médico especializado que apoya en el enfrentamiento y control a la Covid 19 en Baracoa.
Tatiana, es licenciada en farmacia, tiene 12 años de experiencia, laborando la mayoría del tiempo en el centro municipal de higiene y epidemiología, y el pasado mes de junio, regresó de cumplir misión internacionalista en Venezuela.
“Estuve en el estado de Lara – dice la joven farmacéutica – trabajando en la coordinación de la misión, lo que me permitió conocer bien los procedimientos para enfrentar la Covid 19, y sobre todo la necesidad de no cansarnos de elevar la percepción de riesgo en la población sobre el poder de transmisibilidad de este virus y sus fatales consecuencias”.
“No podemos cansarnos de explicar la necesidad de cumplir las medidas sanitarias, el uso del nasobuco y el distanciamiento físico. Algo que sé que es complicado, sobre todo en las zonas rurales. Los cubanos no sabemos vivir en cautiverio, encerrados, las personas generalmente se visitan, se brindan café, y no es fácil estar en sus casas con las mascarillas puestas”.
Sobre lo que más le impacta ahora de los momentos de pico pandémico que vive Baracoa nos responde “es difícil enfrentar esta pandemia con las limitaciones que existen con los medicamentos y que provocan muy baja cobertura en el cuadro básico que muchas personas necesitan”.
Desde que regresó al país, casi sin el descanso necesario, estuvo apoyando en la batalla contra el coronavirus, en el pesquisaje y en el consultorio de Maguana, en la farmacia del hospital municipal Octavio de la Concepción y de la Pedraja, y ahora en el policlínico, ubicado en el Consejo Popular del Turey.
Brillan sus ojos cuando nos dice que “Si bien es inolvidable la experiencia de la misión en la patria de Bolívar, no hay mayor placer que servir a tu gente, a los tuyos, para juntos salir de este brote pandémico y volver a la normalidad”.
Casi al término de la entrevista me entero de otra de las pasiones de Tatiana “me encanta la locución, la animación, hace un tiempo, participaba en programas en la emisora La Voz del Toa y en el telecentro Primada Visión, espero más temprano que tarde, sin dejar mi labor de farmacéutica, volver a estar delante de los micrófonos, algo que también me fascina”.
Escrito por: |Rodny Alcolea Olivares
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