Día memorable el 26 de Julio de 1995, no solo porque la provincia se acreditara, por segunda vez, la Fiesta de la Rebeldía Nacional: en la sala de protocolo de la Plaza de la Revolución Mariana Grajales Cuello, Fidel recibía la estatuilla de La Fama, el símbolo de la ciudad de Guantánamo.
Se honraba al líder de la Revolución Cubana y a su vez se prestigiaba la propia alegoría, otorgada hoy a más de cien personalidades, entre ellas Gerardo, Fernando, Antonio, Ramón y René, los Cinco Héroes, quienes cumplieron largas e injustas condenas en Estados Unidos por “el delito” de proteger a su Patria.
Fidel recibía de manos de Manuel Sánchez Sardiña, entonces presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, y en presencia de Ríder Díaz Leyva, primer secretario del Partido en la provincia, la réplica de la escultura que corona la cúpula del Palacio Salcines, emblemática edificación, iniciada en 1919 por el insigne arquitecto guantanamero Lecticio Salcines Morlote.
A Américo Chini, artista italiano radicado en La Habana, Salcines encomendó esculpir la obra, inspirada en la que da nombre a la Fuente de La Fama (1883) de Valladolid, en el centro de los jardines del Campo Grande, en España.
A diferencia de aquella, esta, aunque también angelical mensajera de Zeus, carece de alas, pero como su inspiradora se empina al cielo para con su trompeta propagar por el mundo y la ciudad las buenas o malas noticias y los hechos grandiosos del vivir citadino.
Fue la arquitecta Zulma Ojeda, al frente del Grupo para el Desarrollo Integral de la Ciudad, quien junto a otros amantes de la urbe, organizó talleres para elegir el símbolo entre cinco propuestas, de las que el 7 de mayo de 1992, natalicio de Salcines, nació La Fama, aprobada por sus habitantes mediante voto poblacional.
Así surgió esa estatuilla que la Asamblea Municipal del Poder Popular, haciéndose eco de la voluntad ciudadana, aprobó como Símbolo de la Ciudad en 1993 y es entregada en sesión solemne el primero de diciembre de cada año, al cumplirse aniversarios de otorgada, por la Corona Española, la condición de Villa a la ciudad de Guantánamo.
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