Hace 128 años, a la hora en que unas negras nubes se empeñaban infructuosas en tapar una luna roja, un bote, cargado más de sueños que de armas, toca tierra guantanamera por La Playitas, en Cajobabo. La tripulación: un reducido grupo de patriotas liderados por el veterano General Máximo Gómez y el Delegado del Partido Revolucionario Cubano José Martí, último en bajar de la embarcación y quien, al saltar al empedrado terreno, siente la Dicha Grande del reencuentro con la Patria, es el 11 de abril de 1895.
El 24 de febrero de 1895, había iniciado en Cuba la tercera guerra libertaria contra el yugo español, el Primero de abril Antonio Maceo llegaba a la Patria por Baracoa.
Martí, el gestor de la guerra necesaria, iniciada en Cuba siente el orgullo de ser partícipe directo, en su amado terruño, del desarrollo y extensión de la gesta libertaria por toda la Isla y sobre todo se sabe consciente de que los mayores trabajos y sacrificios están por venir.
Son esfuerzos que los asume con una hidalguía que supera sus condiciones físicas y logra asombrar a los combatientes veteranos de la Guerra Grande, quienes días después, en Rancho de Tavera, lo nombran Mayor General.
Una convicción meridiana tiene Martí en el triunfo de la causa, a la que ha consagrado su vida. Sabe que, con mucho trabajo, sacrificios personales y la unidad entre los cubanos la victoria es posible, y por eso es compromiso irrenunciable luchar por la independencia, no importan los combates que librar, si en ellos prima la utilidad de la virtud.
“El 11 de abril llena a Playitas de Cajobabo de historia memorable, con un hecho que trasciende nuestra provincia y se ubica dentro de las páginas que resaltan la estatura mayor del patriotismo, el internacionalismo y el ejemplo de los principales jefes de la Revolución de estar en la primera trinchera de combate, junto a su pueblo y compartir su suerte”.
Exactamente un siglo después, a la misma hora, en una noche que, por coincidencia histórica, tiene condiciones climáticas similares a la de aquel 11 de abril del desembarco, el Comandante en Jefe Fidel Castro, el mayor discípulo martiano va al encuentro con el Maestro. El jefe de la Revolución, en la orilla, con las olas llegando hasta sus botas, se queda varios minutos pensando mientras sostiene entre sus manos una bandera cubana.
El 11 de abril deviene, para los guantanameros, como la más significativa fecha histórica para el territorio, aprobada en el acuerdo número 90, adoptado en la cuarta sesión ordinaria de la Asamblea Provincial del Poder Popular, correspondiente a su noveno mandato, el 28 de diciembre de 2003.
Siendo fieles al legado de aquel pequeño grupo de patriotas que llegaron, en una noche de mar bravío, negras nubes y luna roja, los guantanameros y cubanos de bien rinden tributo a Martí, Gómez y a Fidel, en aquella Playita sagrada de la Patria, en Cajobabo
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