Históricamente fueron las montañas guantanameras refugio seguro para aborígenes y cimarrones, testigos fieles de las gestas mambisas, de las luchas de los apalencados del Realengo 18, y de las acciones de las tropas del II Frente Oriental “Frank País”, bajo el mando del Comandante Rebelde Raúl Castro.
Con el victorioso enero de 1959, se inicia en el lomerío más oriental de Cuba un irreversible proceso de transformaciones sociales, que mejoran la calidad de vida de los hombres y mujeres de las serranías.
Para los campesinos y sus familias llegan los beneficios de la Primera y Segunda Ley de Reforma Agraria, la campaña de Alfabetización, y las batallas por alcanzar el sexto y noveno grado, los primeros médicos y enfermeras, nacen nuevos asentamientos poblacionales y con ellos hospitales, escuelas, casas de cultura, carreteras, instalaciones gastronómicas y de los servicios, del deporte y centros científicos.
En el empeño de avanzar en el desarrollo socio económico integral y sostenible de las zonas montañosas del país, el Consejo de Estado de la República de Cuba, aprueba el 2 de junio de 1987, la creación del Programa del Plan Turquino, para el incremento de las producciones agropecuarias y el nivel de vida de la población en estrecha armonía con la naturaleza.
Artífices principales de la creación del Programa del Plan Turquino fueron el entonces Ministro de las FAR General de Ejército Raúl Castro Ruz, y su inolvidable compañera Vilma Espín.
Hablar del Plan Turquino guantanamero adquiere una dimensión especial, pues de los 6 mil 164, 47 kilómetros cuadrados de extensión territorial de la provincia, las lomas ocupan el 4 mil 682, alrededor del 76 por ciento de toda la superficie, y en la que viven poco más de 205 mil habitantes, alrededor del 40 % de todos los residentes en Guantánamo.
En nueve de los 10 municipios está presente este programa, y de ellos cinco son totalmente montañosos, incluyendo sus cabeceras municipales: Baracoa, San Antonio del Sur, Imías, Maisí, y Yateras, mientras El Salvador, Niceto Pérez, y Manuel Tames, tienen varios Consejos Populares montañosos, y Caimanera presenta la circunscripción especial de Hatibonico, donde comienza la Sierra Maestra.
A 36 años de la fundación del Plan Turquino, las montañas guantanameras exhiben índices primermundistas en materia de salud, educación, cultura, deporte y seguridad social.
El lomerío del territorio cuenta con una red de consultorios médicos, junto a otras instituciones donde una cobertura total de médicos, enfermeras, y otro personal de salud garantiza los servicios asistenciales básicos.
La educación está presente en todos los niveles enseñanza, desde el preescolar al universitario, con el funcionamiento de más de 500 instituciones educacionales, con una matrícula general superior a los 30 mil educandos.
Cada día, es más loable la labor de los instructores y promotores deportivos, en la incorporación de la población serrana a la práctica de actividades deportivas como forma de contribuir al mejoramiento de la salud y de emplear de manera sana el tiempo libre.
Funcionan además en el Plan Turquino guantanamero una red de bibliotecas, casas de cultura, salas de vídeo, museos, joven club de computación y electrónica, y salas de televisión, estas últimas, ubicadas la mayoría de ellas en lugares intricados de nuestra geografía.
Entre los beneficios de mayor impacto social está la electrificación, por diferentes vías, crecen las comunidades interconectadas con telefónica digital y la introducción de la señal satelital, para la televisión y la telefonía, permiten una mejor comunicación en muchos asentamientos poblacionales.
“Para Guantánamo, el territorio el más oriental y montañoso de Cuba, es un imperativo prestar la mayor atención a todos los programas y procesos que se materializan en el lomerío, con el objetivo de propulsar su desarrollo socio – económico, lo que se traduce en la necesidad de rescatar los conceptos fundacionales de este programa”, expresa Roberto Morán Elías, secretario de la comisión provincial del Plan Turquino.
“Existen un grupo de problemáticas presentes, y que directamente inciden en el constante éxodo de los habitantes de las serranías, hacia las cabeceras municipales u otras provincias del país”.
“Persiste en el lomerío la falta de transporte y el deterioro de los viales, la calidad en los servicios que se prestan a la población, la construcción de viviendas, los incumplimientos en varios renglones agropecuarios o las pérdidas de producciones que no llegan al plato de los guantanameros, y dificultades con la entrega de insumos a las cooperativas e impagos a campesinos”, afirma el secretario de la comisión del Turquino.
En la actualidad todos los municipios de Guantánamo cuentan con sus estrategias de desarrollo, con acciones diseñadas para la introducción de la ciencia y la innovación, y elevar la producción de alimentos con el fomento de la la crianza de aves y de cerdo criollo, el aumento de las áreas de frutales, otras especies forestales y lograr mayores volúmenes de maíz, viandas y hortalizas. Pero estas metas no logran concretarse con la agilidad necesaria.
Se requiere además prestar atención necesaria a la recuperación cafetalera, y de otros renglones claves para la economía guantanamera el coco, el cacao y la miel de abeja, y aprovechar todas las potencialidades existentes que permitan alcanzar una verdadera sustentabilidad alimentaria en las montañas.
El 2023 debe ser un año llamado a revitalizar la ruralidad en el país, recuperándose, en lo posible, todo lo que la Revolución, logró desarrollar en nuestros campos.
En este empeño el Gobierno en Guantánamo trabaja en la atención directa a las comunidades serranas identificadas como priorizadas, teniéndose como prioridades: potenciar los servicios de salud y educación, la gastronomía con productos locales y la transportación de pasajeros, así como la materialización de proyectos locales y socioculturales, el movimiento de artistas aficionados, y en preservar y promover la rica historia local.
Como contribución al desarrollo sostenible y la convivencia armónica del poblador serrano con su medio continúan las acciones medioambientales en todas las áreas del Turquino y actividades de educación ambiental y de promoción de salud están incorporadas en los programas de estudios en las escuelas.
“Tópico imprescindible para avanzar –destaca Morán Elías- está en cubrir la demanda de fuerza de trabajo necesaria, desde los campesinos hasta la más calificada y así lograr los requerimientos previstos en los planes de desarrollo a escala local”.
En el aniversario 36 del Programa del Plan Turquino, las montañas guantanameras continúan como bastión inexpugnable, donde, día a día, se construye y defiende la obra de la Revolución, con el accionar diario y, muchas veces anónimos de sus hombres y mujeres.
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