Obelisco a los mártires del 4 de Agosto de 1957
A finales de 1955 e inicios de 1956, se creó una fábrica de bombas en el sótano de la casa de los esposos Enrique Rodríguez y Berta Cuza, en la calle Aguilera entre Santa Rita y San Gregorio, donde trabajaban Gustavo Fraga, Fabio Rosell, Juan Escardó y el propio Enrique.
Los primeros días del mes agosto marcaron un hito en el pueblo guantanamero: las noches eran de los revolucionarios, los grupos de acción y la sección obrera circulaban libremente, y orientaban continuar la huelga.
La casa convertida en fábrica de explosivos realizaba un trabajo fabril intenso pues tendrían que garantizar la acción que se ejecutaría el 4 de agosto, en la cual ellos constituían el arsenal principal.
Pasado el medio día de esa fecha una fuerte explosión estremeció la mitad de la ciudad. En los primeros momentos los grupos acuartelados pensaron que se trata de un sabotaje en gran escala, pero pronto se conoció la verdad: había estallado la instalación.
Los miembros de la sección obrera del movimiento, Gustavo Fraga, Fabio Rosell y Enrique Rodríguez murieron en el interior de la fábrica; Abelardo Cuza y Jesús Martín, quienes acudieron a ayudar a los combatientes revolucionarios, fueron golpeados por el ejército de la tiranía y posteriormente asesinados, y sus cadáveres fueron colocados junto a los luchadores clandestinos.
Pero los reveses no pusieron punto final ya que la lucha continuó y la huelga se extendió hasta el 9 de abril; de esta forma el movimiento revolucionario y el pueblo daban prueba de la pujanza de sus acciones.
El 30 de Julio de 1959 es una fecha que recuerda a todos los mártires de la revolución en honor a Frank País, pero en Guantánamo, se escogió el 4 de Agosto de 1957 para rendir tributo a los caídos en este territorio. De esta forma se simboliza el Día de los mártires locales y el pueblo desfila en homenaje a los caídos para rendirles tributo. (Tomado de Guía Patrimonial)
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